Hoy todo se ha vuelto virtual y, salvo que corramos el peligro de quedar como los obesos que vaticinaba, apocalípticamente, la película Wall-E, debo admitir que esta comodidad y democratización de los medios que me permite acceder de acuerdo a mis posibilidades e inventiva a respuestas cada vez más automáticas a mis necesidades, me parece por demás interesante, además de práctica.
Hoy puedo encontrar tiendas online para todo: sea que esté buscando, relojes de pulsera o cualquier obsequio (que ha necesitado de inventiva y creatividad; también puedo conseguir remeras online, pero para ser un regalo deberá ser inteligentemente personalizada), puedo seleccionarlo, comprarlo y encargarlo directo a mi domicilio; o incluso al domicilio del agasajado si es que vive en otra ciudad.
Si este es un blog de ocio, entonces debo admitir que como comprador ocioso pero inventivo, esto ha resultado por demás beneficioso para mí. Todavía no he conseguido encontrar algo que necesite que, de un modo u otro, no pueda conseguir desde la pantalla del ordenador. Internet será el opio de los pueblos; pero qué bien le sienta a mi comodidad.
Hoy puedo encontrar tiendas online para todo: sea que esté buscando, relojes de pulsera o cualquier obsequio (que ha necesitado de inventiva y creatividad; también puedo conseguir remeras online, pero para ser un regalo deberá ser inteligentemente personalizada), puedo seleccionarlo, comprarlo y encargarlo directo a mi domicilio; o incluso al domicilio del agasajado si es que vive en otra ciudad.
Si este es un blog de ocio, entonces debo admitir que como comprador ocioso pero inventivo, esto ha resultado por demás beneficioso para mí. Todavía no he conseguido encontrar algo que necesite que, de un modo u otro, no pueda conseguir desde la pantalla del ordenador. Internet será el opio de los pueblos; pero qué bien le sienta a mi comodidad.
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