El alquiler de coches en Vigo logró aumentar los números del 2009

El verano terminó y las empresas de alquiler de coches en Vigo tienen una sonrisa en la cara y sobre todo, dinero para festejar uno de los mejores años desde que comenzó la gran crisis económica en España, allá por el 2007. Muchos de ellos apostaron fuerte durante el peor momento financiero y hoy tienen sus beneficios, ya que la demanda de coches fue de lo que más se solicitó durante el verano español.

Es cierto que esto sólo fue un beneficio para aquellos que ampliaron sus flotas o que renovaron los modelos de sus coches, ya que los turistas que más consumieron el tipo de movilidad fueron los mismos españoles que se inclinaron por un turismo interno, de menos días, pero manejando y llegando a lugares diferentes a los habituales.

Además, en la región de Galicia, el año del Xacobeo era una buena oportunidad para aquellos comerciantes, pero terminó siendo una complicación para tantos otros sectores, puesto que las autocaravanas se hicieron presentes con mucha fuerza a lo largo del Camino de Santiago. 

En tanto, los precios fueron bien variados, aunque en Vigo estuvo el promedio más alto y también, increíblemente, el más consumido por los turistas. El promedio de 60 euros diarios era una tentación para los visitantes llegados desde el Reino Unido y también para los que provenían desde China, un mercado que está cada vez más consolidado en España y que trae consigo, gente que prefiere alojarse en lugares de menor nivel, pero alquilar un coche para viajar y hacer excursiones.

En torno a esto último, las grandes demandas se dieron por parte de los españoles, pero utilizando más bien coches amplios por sobre los pequeños, dando por cuenta que irían en ellos dos familias y que repartirían los gastos. El tiempo promedio de alquiler se disminuyó en referencia al último año pero esto no afecto el número final, que terminó con un aumento superior al 13% comparandolo con el mismo período del 2009.

Respecto de esto último, el promedio de duración de los alquileres fue de cuatro días, aunque en varias empresas de alquileres, se hacían descuentos si es que se fijaba un mínimo de siete días de duración. Esto último fue lo que terminó de inclinar la balanza para los ingleses y chinos, que desconociendo los transportes, se inclinaron por sentarse ellos mismos al volante.

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